Harris convoca a estadounidenses a rechazar divisiones y vencer amenaza de la candidatura de Trump
La vicepresidenta Kamala Harris exhortó el jueves a los estadounidenses a unírsele para “trazar un nuevo camino hacia adelante” al aceptar la nominación a la candidatura presidencial demócrata, alegando que su historia personal y antecedentes en el cargo de fiscal la hacían singularmente calificada para proteger sus intereses y vencer al republicano Donald Trump.
Luego de ingresar al escenario en medio de una estruendosa ovación de pie en la Convención Nacional Demócrata en Chicago, Harris buscó presentarse ante el público estadounidense y esbozar su visión para encabezar a Estados Unidos los próximos cuatro años. “Con estas elecciones, nuestra nación tiene una valiosa y fugaz oportunidad de dejar atrás el rencor, el cinismo y las disputas divisivas del pasado”, dijo Harris. “Una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia adelante. No como miembros de un partido o de una facción, sino como estadounidenses”.
El discurso de Harris en Chicago corona un torbellino de ocho semanas en la política estadounidense y pone de relieve el sorprendente cambio radical en la suerte de los demócratas cuando sólo faltan 75 días para los comicios. Los líderes del partido que públicamente habían expresado su desesperación por la candidatura del presidente Joe Biden tras su desastroso desempeño en el debate frente a Trump, estaban exultantes por la naturaleza histórica de la candidatura de Harris y sus esperanzas fortalecidas para este noviembre.
Harris, hija de inmigrantes de Jamaica e India, se convirtió en la primera mujer de raza negra y persona de ascendencia del sureste asiático en aceptar la nominación presidencial de uno de los dos partidos principales de Estados Unidos. De ser elegida, sería la primera presidenta en la historia del país.
“Estados Unidos, el camino que me trajo aquí en las últimas semanas fue sin duda inesperado. Pero estoy acostumbrada a los recorridos insólitos”, declaró.
Harris habló de haber sido criada principalmente por su madre después de que sus padres se divorciaron en un pequeño apartamento en el este de la bahía de San Francisco, y ser criada también por amigos y cuidadores que eran “familiares por amor”. También dio detalles de una parte crucial sobre la historia de sus orígenes en la política, cuando Wanda, su mejor amiga de la secundaria, le confió que su padrastro abusaba de ella y se fue a vivir con la familia de Harris.
“Esa es una de las razones por las que me convertí en fiscal. Para proteger a gente como Wanda”, señaló Harris.
Al esbozar su carrera de fiscal, fiscal general estatal, senadora y ahora vicepresidenta del país, Harris dijo: “Toda mi carrera sólo he tenido un cliente: el pueblo”. Mientras tanto, indicó que Trump sólo ha actuado guiándose por los intereses del “único cliente que ha tenido: él mismo”.
Cuando salió al escenario, Harris vio un mar de delegadas y simpatizantes demócratas vestidas de blanco —el color del sufragio de las mujeres—, el movimiento que culminó cuando las mujeres estadounidenses aseguraron el derecho al voto en 1920.
Un ambiente festivo llenó el United Center toda la noche. En la atestada audiencia estaba el compañero de fórmula de Harris, Tim Walz, que bailó y cantó al ritmo de una mezcla de música pop y rock clásico. La actriz Kerry Washington trajo al escenario a dos de las jóvenes sobrinas nietas de Harris, con el fin de recordarle a la convención cómo pronunciar correctamente su nombre de pila. A una señal de las niñas, la mitad del estadio gritó “coma” y la otra “la”.
Harris exhortó directamente a los republicanos opuestos a Trump a que dejen de lado las etiquetas partidistas y la respalden en lugar de a Trump, que negó haber perdido ante Biden en los comicios de 2020, lo que inspiró el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.
“Sé que esta noche hay personas con opiniones políticas distintas que están viendo el evento, y quiero que ustedes sepan que prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses”, declaró Harris. “Prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses, para mantener sagrados los principios constitucionales de Estados Unidos, los principios fundamentales, desde el estado de derecho y las elecciones justas a la transferencia pacífica del poder”.