¿Están las Fuerzas de Paz de la ONU atrapadas en el fuego cruzado en Líbano?
Aunque su misión consiste en vigilar el cese de las hostilidades y garantizar el acceso de la ayuda humanitaria a la población civil, dos miembros de las fuerzas de paz de la FPNUL resultaron heridos el jueves 10 de octubre por fuego israelí contra su cuartel general en Naqoura, en el sur de Líbano. Desde el 30 de septiembre y el comienzo de la ofensiva israelí, las tropas de la fuerza internacional están confinadas en sus bases. Ataque a la Fuerzas de Paz de Naciones Unidas (FPNUL) en Líbano? El cuartel general de las FPNUL en Naqoura y los edificios aledaños ya han sido blanco de ataques en los últimos días. Pero es la primera vez desde la reciente escalada a ambos lados de la Línea Azul que delimita Israel y Líbano que las Fuerzas de Paz de la ONU son atacadas.
“Esta mañana, dos miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz resultaron heridos después de que un tanque Merkava del Ejército israelí disparara contra una torre de observación del cuartel general de la FPNUL en Naqoura, alcanzándola directamente y provocando la caída de dos soldados indonesios, cuyas heridas fueron ‘afortunadamente’, esta vez, leves”, señalaron las FPNUL en un comunicado, en el que también SE informó del fuego israelí contra otra posición de la ONU en Labbouneh, donde las tropas israelíes combaten a la milicia chiíta libanesa Hezbolá. El día anterior, los soldados israelíes también habían “disparado deliberadamente contra el UNP 1-32A, en Ras al-Naqoura, donde se celebraban regularmente reuniones tripartitas antes del comienzo del conflicto, dañando la iluminación y una estación de retransmisión”, prosiguieron las FPNUL en su comunicado de prensa. El organismo aprovechó para advertir:
“Cualquier ataque deliberado contra el personal de mantenimiento de la paz constituye una grave violación del Derecho Internacional”.
Francia, que cuenta con cerca de 700 cascos azules en su contingente, expresó en un comunicado “su grave preocupación tras los disparos israelíes contra la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) y condena cualquier ataque contra la seguridad de las FPNUL“. reada en marzo de 1978 por el Consejo de Seguridad de la ONU para garantizar el mantenimiento de la paz a lo largo de la frontera de facto entre Israel y Líbano, la FPNUL organiza bajo su égida reuniones entre altos responsables israelíes y libaneses desde la retirada del Ejército israelí del territorio libanés en mayo de 2000, con el fin de resolver numerosos contenciosos fronterizos, en particular tras la guerra de julio de 2006.
Entre 2006 y el 8 de octubre de 2023, fecha en la que el Hezbolá libanés abrió su “frente de apoyo” al grupo palestino Hamás, tras los atentados del 7 de octubre, “el sur de Líbano vivió uno de los periodos más tranquilos de su historia reciente”, según Andrea Tenenti, portavoz de la FPNUL, con sede en Naqoura.
Incursiones terrestres limitadas”
La guerra entró en una nueva fase el 30 de septiembre, cuando el Ejército israelí anunció que iniciaría “incursiones terrestres limitadas” en Líbano para desalojar a Hezbolá. También advirtió a la FPNUL, encargada de mantener la paz en el sur del país, antes de pedirle que evacuara algunas de sus bases, del mismo modo que emite órdenes de evacuación a las poblaciones civiles de Gaza o Líbano antes de bombardear zonas residenciales.
“El Ejército israelí (IDF) nos ha pedido que evacuemos las bases cercanas a la línea azul”, explica Andrea Tenenti, portavoz de la FPNUL. Esta línea, marcada por barriles azules, se trazó en junio de 2000. En la actualidad, la FPNUL tiene 29 bases cerca de la línea azul, que representan a 2.000 cascos azules. La guerra entre el Ejército israelí y el movimiento chiíta proiraní fue de baja intensidad hasta mediados de septiembre, con incursiones israelíes por un lado y lanzamiento de cohetes por Hezbolá por otro. Pero, tomó un cariz mucho más dramático tras la operación contra los buscapersonas (beepers) y radiocomunicadores de los miembros del grupo chií, los días 17 y 18 de septiembre, y el posterior bombardeo por Israel del sur del país y los suburbios meridionales de Beirut. l 1 de octubre, las primeras tropas israelíes pisaron el sur de Líbano. Se acercaron al pueblo de Maroun al-Ras, al sureste del cual estaba estacionado el batallón irlandés de la FPNUL. El batallón irlandés se negó a evacuar la posición, y el presidente irlandés, Michael Higgins, calificó posteriormente de “indignantes” e “insultantes” las “amenazas” de Israel a las tropas irlandesas de la FPNUL.
Hezbolá ha acusado al Ejército israelí de utilizar a la fuerza internacional como “escudo humano”. Y el movimiento chiíta proiraní ha pedido a “sus combatientes que esperen y no reaccionen ante este movimiento para proteger la vida de los soldados de la FPNUL”.
Cascos azules confinados en sus cuarteles
Andrea Tenenti reconoce que estos movimientos israelíes “ponen en peligro la seguridad de las tropas”. Sin embargo, la decisión de “permanecer” había sido tomada “por todos los países que componen la FPNUL”, como indicó el portavoz unas horas antes del ataque del jueves.
Sin duda, la FPNUL hará ajustes, como siempre, pero tiene previsto quedarse, según una fuente de la institución de la ONU contactada tras el ataque. Tampoco evacuó la zona en 2006.
La próxima semana se celebrará una reunión de contribuyentes europeos a la FPNUL, entre ellos Francia, Italia, España e Irlanda.
Para el portavoz de la FPNUL, “es importante que la comunidad internacional supervise la situación sobre el terreno y que la bandera de la ONU siga ondeando allí”. Y añadió: “No podemos dejar que otros países nos digan lo que tenemos que hacer. Formamos parte de las Naciones Unidas. Y hemos decidido quedarnos, aunque las capacidades de supervisión sean muy difíciles en este momento”.
Los cascos azules están ahora confinados en sus cuarteles y no han realizado sus habituales patrullas conjuntas con el Ejército libanés desde el 30 de septiembre. El Ejército del país está infraequipado y se ha retirado de muchas de sus posiciones en el sur del Líbano.
La FPNUL da prioridad a la seguridad de sus 10.500 efectivos, de los cuales más de 9.500 son soldados. Aunque están “relativamente” confinados en sus bases, siguen teniendo capacidad de vigilancia.
“Todavía podemos, desde dentro de las bases, informar al Consejo de Seguridad sobre la situación sobre el terreno, sobre el número de bombardeos, porque también tenemos radares”, explica Andrea Tenenti, antes de continuar: “El comandante de la fuerza sigue en contacto con las partes [israelíes y libanesas] para intentar resolver el conflicto y tratar de devolver algo de estabilidad al sur [del Líbano]”
Violaciones de la Resolución 1701
La FPNUL, cuyo mandato, que se renueva cada año, fue prorrogado por unanimidad un año más el 28 de agosto por el Consejo de Seguridad de la ONU, es criticada a veces por no cumplir su misión: garantizar la aplicación de la Resolución 1701.
Adoptada por unanimidad por el Consejo de Seguridad en 2006 a cambio de un alto el fuego entre las dos partes, esta resolución prevé el desarme de todos los grupos armados en Líbano, incluido Hezbolá. Se supone que el movimiento chiíta debe retirarse más allá del río Litani, 30 kilómetros al norte de la Línea Azul. Sin embargo, nunca lo ha hecho, argumentando que Israel sigue ocupando una zona de unos veinte kilómetros cuadrados.
“La resolución 1701 sigue siendo una resolución muy válida, pero requiere el compromiso serio de ambos países“, afirma Andrea Teneti. “La resolución no se ha aplicado. Podemos ayudarles, pero es su papel aplicarla”, afirma. Mientras tanto, la FPNUL asiste en primera fila a los enfrentamientos entre el ejército israelí y Hezbolá, y asegura que dispone de “planes de contingencia inmediatamente operativos en caso de necesidad”.