Lo que hay que saber sobre el senador Marco Rubio, nombrado por Trump como secretario de Estado
El virtual presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha nombrado al senador Marco Rubio para ocupar el cargo de secretario de Estado.
He aquí cinco cosas que hay que saber sobre Rubio, un republicano de Florida que actualmente funge como senador y se encuentra en su tercer mandato:
Es hijo de inmigrantes cubanos
Rubio, de 53 años, nació en Miami, ciudad que todavía considera como su hogar. Su padre fue barman, y su madre, mucama de hotel. En su primera campaña al Senado, hizo énfasis repetidamente en su origen de clase trabajadora y en cómo su historia como el hijo de inmigrantes cubanos que se convirtió en senador podía ocurrir “sólo en Estados Unidos”. Rubio es católico, pero pasó unos seis años de su infancia en Las Vegas, donde fue bautizado en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y asistió al culto mormón. La familia se mudó a la ciudad cuando Rubio tenía 8 años y sus padres encontraron empleo en la creciente industria hotelera.
Regresaron a Miami cuando tenía 14 años.
Rubio jugó futbol americano universitario y se casó con una porrista profesional
Rubio es un gran aficionado al futbol americano y soñaba con llegar a la NFL cuando jugaba en la escuela secundaria. Pero sólo recibió ofertas sólidas de dos universidades.
Eligió el poco conocido Tarkio College, ubicado en un pueblo de menos de 2.000 personas en la esquina noroeste rural de Missouri, pero cuando la universidad se declaró en bancarrota y él sufrió una lesión, Rubio dejó el fútbol americano y se transfirió a una universidad en Florida. Se graduó de la Universidad de Florida y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Miami.
Se comprometió con Jeanette Dousdebes, quien hizo pruebas e ingresó al equipo de porristas de los Miami Dolphins. Se casaron en 1998 y tienen cuatro hijos.
Casi fue nombrado fiscal general de Florida
Rubio fue elegido para la Cámara de Representantes de Florida, y durante un tiempo fungió como líder de la mayoría y presidente de la cámara.
Fue un candidato con pocas posibilidades contra el entonces gobernador Charlie Crist para la nominación republicana al Senado en 2010. Los líderes del partido lo presionaron para que no se postulara para senador y en su lugar se postulara para fiscal general, prometiéndole que le dejarían la vía libre. “Estaba casi convencido de que debía renunciar” a la contienda para el Senado, escribió en su autobiografía “An American Son” (Un hijo estadounidense).
Pero cuando un reportero de The Associated Press lo cuestionó acerca de sus supuestas intenciones de postularse para fiscal general esa semana, Rubio respondió inequívocamente: “No”. Rubio posteriormente escribió que en ese momento sentía que no podía retractarse de su palabra. Se mantuvo en la contienda y ganó su primer mandato en el Senado. Se reeligió en 2016 y nuevamente en 2022.
Rubio se postuló para presidente y se enfrentó con Trump en 2016
Rubio participó en la contienda presidencial de 2016, entre un numeroso grupo de precandidatos republicanos que incluía a Trump. Rubio ganó en Minnesota, donde el senador de Texas, Ted Cruz, quedó en segundo lugar y Trump en tercero. Sus únicas otras victorias fueron en Washington, D.C., y Puerto Rico.
Abandonó la contienda después de que Trump lo derrotara en su estado natal. Trump ganó Florida con el 45,7% de los votos, mientras que Rubio quedó en un distante segundo lugar con el 27%.
Rubio y Trump intercambiaron duelos verbales durante la contienda, y Trump se refirió a Rubio como el “pequeño Marco”. Rubio respondió insultando el tamaño de las manos de Trump y llamándolo “estafador” y “vulgar”.
Su relación mejoró durante la presidencia de Trump. Cuando ABC News, a principios de este año, reprodujo algunos de los comentarios que hizo Rubio en 2016, éste los minimizó y dijo: “Era una campaña”.
Se mantuvo cercano a Trump incluso después de ser descartado como compañero de fórmula de Trump, lugar que ocupó el senador de Ohio JD Vance. Viajó con el expresidente durante la recta final de la contienda, pronunciando discursos en inglés y español en múltiples mítines en el último día de la campaña.
Suele hacer referencias a amenazas extranjeras, especialmente de China
Rubio montó la ola del movimiento conservador “tea party” en 2010, y ganó prominencia nacional. Hizo campaña diciendo que el entonces presidente Barack Obama y el Congreso controlado por los demócratas amenazaban la economía de la nación al apoyar desastrosas políticas de gasto doméstico, impuestos y atención médica.
Como vicepresidente de la Comisión Selecta del Senado sobre Inteligencia y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, Rubio frecuentemente habla sobre amenazas militares y económicas extranjeras, particularmente de China. Advierte que China, Irán, Corea del Norte y Rusia están aliándose contra Estados Unidos.
“Todos comparten un objetivo, y es debilitar a Estados Unidos, debilitar nuestras alianzas, debilitar nuestra posición y nuestra capacidad y nuestra voluntad”, dijo en un discurso el pasado marzo.